Nos enfrentamos a un mundo cambiante pleno de retos sustanciales y problemas complejos, dinámicos, abiertos e interconectados. Para esta situación no valen las recetas del siglo XX, tenemos que innovar. Las empresas y entidades deben afrontar procesos de innovación que les permita aumentar su capacidad de resiliencia, contemplando además aspectos de sostenibilidad ambiental y social, aparte de la económica inherente a su actividad. Para ello, el diseño puede y debe ser el gran aliado para introducir estas mejoras.
Cuando se habla de innovación, no sólo hablamos de la innovación en producto, o en dispositivos tecnológicos, existen otras muchas áreas y ámbitos donde introducir mejoras: innovación cruzada, frugal, creatividad; procesos, organigramas, servicios; experiencia de cliente, de usuario, de empleado; diversidad, accesibilidad, usabilidad…
En este conversatorio vamos a poder conocer de primera mano ejemplos y casos de éxito de innovación empresarial, pero además, se pretende proyectar cómo las empresas pueden acceder e implementar la innovación en su estrategia de manera eficiente.
“El diseño puede ser la herramienta para pensar y actuar. El diseño puede facilitar el entrelazamiento de conocimientos propositivos, procedimentales y experienciales en nuevas combinaciones de conocimiento cultivado. El diseño puede reconocer el potencial de los conocimientos situados. La hibridación de estos conocimientos a través del diseño puede imaginar y crear territorios – un «paisaje diverso»- en el que los humanos y los no humanos cohabitan para enriquecerse mutuamente”.